Una fotografía no es un simple papel. Va más allá de un buen encuadre o una luz perfecta. La imagen congela un momento, paraliza los minutos y lo plasma en un papel. Tiene un antes y un después. Crea historias en las personas y en el fotógrafo.
Salí decidida a conseguir al menos cinco fotos que sirvieran. No sacaba fotos hacía ya unos cuantos días y quería conseguir una buena historia. El día estaba claro. Las fotografías con el cielo despejado siempre salen mejor. Se puede manejar la luz con más facilidad y todo resulta diferenciado.