Una fotografía no es un simple papel. Va más allá de un buen encuadre o una luz perfecta. La imagen congela un momento, paraliza los minutos y lo plasma en un papel. Tiene un antes y un después. Crea historias en las personas y en el fotógrafo.
Salí decidida a conseguir al menos cinco fotos que sirvieran. No sacaba fotos hacía ya unos cuantos días y quería conseguir una buena historia. El día estaba claro. Las fotografías con el cielo despejado siempre salen mejor. Se puede manejar la luz con más facilidad y todo resulta diferenciado.
Cuando salí caminando para la rambla, se nubló. Mis expectativas de las fotos perfectas casi quedaron nulas. Aún así seguí, ya estaba a dos cuadras de la rambla y era inútil volver. Llegué a la playa y al cabo de unos minutos de sacar unas fotos, las nubes se alejaron del sol y se vio todo más claro. Sin embargo, estaba lejos de conseguir la foto que quería. Arranqué a caminar, cosa que nunca hago porque tengo pánico a que me roben la cámara, pero ese día no me importó.
A él lo encontré minutos después que arranqué a caminar. Sentí esa sensación de entusiasmo e impaciencia por sacar la foto. Me pasa siempre que con mis ojos encuadro y paralizo una imagen en mi cabeza. Es difícil a veces plasmarla como te la imaginas, pero ese día lo logré.
- Disculpa, puedo tomarte una foto
- Si, como no. ¿Me muevo? ¿Hago algo?
- No, así natural me gusta, muchísimas gracias.
No hay de qué, respondió y siguió su lectura, entonces seguí mi camino. No me quise ir muy lejos porque ya se estaba nublando de nuevo y quería regresar a casa temprano. Saqué unas fotos más y retrocedí por el mismo camino que venía. Él seguía sentado en su silla amarilla leyendo. Era morocho, flaco, parecía bastante alto y rondaba los 40 y algo de años.
¿Conseguiste algo? gritó a la distancia. Me acerqué y le comenté que no. La mejor foto que había hecho era la de él pero tampoco era la gran foto. Nos pusimos a conversar. No recuerdo su nombre, me contó que era Periodista.
Periodista, fotógrafo. 2010 Montevideo, Uruguay |
Hablamos durante un tiempo largo. Lo suficiente para que me contara los comienzos del periodismo en la radio y lo fácil que era ahora. En ese momento era periodista del Observador. Quedamos un rato en silencio y me pidió para ver mis fotos, se las mostré y me corrigió un par de cosas. Hablaba con mucha seguridad. Lo noté muy interiorizado en el tema entonces le pregunté si le gustaba la fotografía, sonrió y dijo: Soy fotógrafo, me puse colorada, mis fotos no eran ni cerca de profesionales.
Me despedí y me senté un rato a pensar sobre lo que habíamos conversado. Cuando me percate que había conseguido una historia más en mi vida, me paré y me fui.
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