Todos en algún momento tuvimos ese clic que nos llevó a amar la fotografía. A mí, el “primo perdido”, fue el principal que me llevó hacia un mundo que no conocía, ni pensaba conocer hasta ese año. Está claro que siempre algo te lleva a querer interesarte. Pero con la fotografía me pasó algo raro, he conocido muchas historias que generalmente el futuro fotógrafo no tiene ni un poco de interés en serlo. Ya dedicados a otra cosa, carpintería, abogacía, político parece que el disparador aparece para quien lo tenía predestinado, más allá de su actual vocación.
Kani Polat es mi siguiente historia: